Capítulo 5 "La Invitación"

De pronto abrí los ojos. Me cegó la luz. No recordaba que por las mañanas me diera la luz en la cara. Me senté, no estaba en mi habitación como de costumbre, estaba en el sofá del salón.

Puse las manos para poder levantarme, y sentí algo blando, suave, cálido. Miré y estaba Peter sentado, durmiendo con la boca abierta. ¿Qué hacia él aquí?

-¿Peter? Despierta.-Le dije mientras le sacudía el hombro. Él entreabrió los ojos lentamente y después me miró confuso.

-¿Megan?-Dijo extrañado.

-Si soy yo.-Le dije.

-¿Dónde estoy?-Me preguntó.

-En mi casa.-Le contesté.

-¿Y que estoy haciendo aquí?-Me preguntó confundido.

-Pues esa era la misma pregunta que te iba a hacer yo a ti.-Dije sonriéndole. Él también me devolvió la sonrisa y se quedó pensativo unos minutos. Esperé a ver si articulaba alguna palabra.

-Ya me acuerdo.-Dijo riéndose.

-¿Qué es tan divertido?-Le pregunté.

-Nada, una cosa.-Dijo sonriendo.

-¿De qué te has acordado?-Le pregunté con curiosidad.

-De cuando estabas borracha.-Dijo esbozando una tímida sonrisa.

-¡¿¡Que he estado borracha!?!-Dije llena de pánico. Si mi madre se entera… o peor aún, como se haya enterado…

-¿Mi madre sabe que he estado borracha?-Le pregunté esperando que no fuera así.

-No.-Dijo.

Suspiré aliviada.

-Bueno ¿Quieres desayunar algo?-Le pregunté.

-No gracias.-Dijo. Justo al segundo de decir eso, le empezaron a sonar las tripas.
Le miré sonriendo, él me miró y dijo:

-Bueno, quizás sí debería tomar algo.-Dijo sonriendo.

Me levanté del sofá, y él hizo lo mismo. Me siguió hasta la cocina, se ofreció a ayudarme a preparar el desayuno, pero no se lo permití, aunque él siguió insistiendo.

-Venga Megan, quiero ayudarte.

-No. Eres mi invitado y no voy a dejar que lo hagas tú, sobre todo porque seguro que tuviste bastante anoche.

-Está bien…-Dijo, pero se paró de repente con cara seria y me preguntó -¿Pero te acuerdas de lo que pasó anoche?-Dijo con voz nerviosa.

-No de mucho, solo cuando estábamos todos en las discoteca, no me acuerdo de nada más…

-Bueno da igual.-Dijo él, creo que ¿Cómo aliviado?

Tomamos zumo de naranja con tostadas. Peter se las comió enseguida, tenía un hambre voraz. Mientras, empezó a comentar que Elizabeth le había dicho hace unos días, que iban a posponer el baile para cuando terminaran las clases.

-¿Y eso por qué?-Le pregunté extrañada.

-Al parecer es porque en ese día, la directora se va de vacaciones unos días, y quiere estar en la fiesta para vigilar a la gente.

-Pues qué tontería.-Le dije.

-La verdad es que si.-Dijo riéndose.

Pasaron unos minutos, y ninguno de los dos hablaba, así que decidí romper el silencio.

-¿Y con quién piensas ir al baile?

-Pues no tenía pensado ir…-Dijo avergonzado.

-¿Se puede saber por qué?-Le pregunte con curiosidad.

-Ese día estoy…ocupado.-Dijo en tono cortante.

-Ah.-Es lo único que se me ocurrió decir.

-Bueno, ¿Qué quieres hacer?-Le pregunté. De pronto le vibró el móvil, lo miró y dijo:

-Debería irme a casa, mi madre estará preocupada.-Dijo mientras se levantaba de la silla, serio.

-Está bien.-Le dije mientras le acompañaba a la puerta.

-Adiós Megan.-Me dijo mientras salía por la puerta.

-Ya nos veremos.-Le dije, pero ya se había ido.

Cerré la puerta, me dirigí al sofá para sentarme, empecé a recordar si durante la conversación le había dicho algo malo a Peter para que se pusiera de ese modo, pero no conseguí recordar.
De pronto sonó el teléfono, fui corriendo a cogerlo, pero antes miré el número.

-¿Diga?

-Hola cariño, lo siento por no haberte llamado antes, ¿Vistes la nota que te deje?

-No, no he visto ninguna nota.-Dije extrañada.

-Está encima de la mesilla de la entrada.

-Espera.-Fui hacia la entrada donde estaba la mesilla, y ahí estaba.

-Amm…No me había dado cuenta.

-Bueno, ¿A qué hora llegaste?

Me quede en blanco, no me acordaba a qué hora había llegado.

-Sobre…las tres por ahí…-Dije algo nerviosa.

-De acuerdo, cariño tengo que comentarte algo.

-Dime.-Dije contenta porque no me había pillado.

-Tengo que tomar un avión hacia Miami, pero solo son unos días. Ahora voy a casa a hacer la maleta, ¿Crees que puedes apañártelas tú sola?

-Claro mamá, no pasa nada.-Dije con desgana.

-¿De verdad? Si quieres lo cancelo.-Dijo preocupada.

-No mamá enserio, vete.

-De acuerdo cariño, hasta ahora.

Colgué, genial, ahora tendría que estar sola varios días, bueno no importa. Me fui a mi cuarto a leer un rato, al cabo de media hora más o menos sonó el timbre. Bajé corriendo, abrí rápidamente, era mi madre. Estuvimos charlando, sobre el viaje, estaba muy preocupada por dejarme sola, pero yo le dije que no pasaba nada.
A los dos días mi madre cogió el avión, y yo me quede sola en casa. Cuando vine de despedirme de mi madre en el aeropuerto, llamaron por teléfono.

-¿Si?-Contesté.

-Megan, soy Iván.-Dijo con un poco de nerviosismo.

-¡Hola Iván! ¿Cómo estas?-Le pregunté.

-Bien, oye quería preguntarte una cosa.

-¿Dime?-Le dije.

-¿Vas a ir con alguien al baile?-Preguntó algo cortado.

-No… ¿Por?

-¿Querrías venir conmigo?-Dijo como avergonzado.

-De acuerdo.-Dije algo sorprendida.-Pero pensé que ibas a ir con Sara.

-No, Sara no va a ir.

-Ah, qué raro.-Dije extrañada.

-Bueno ya te llamaré para decirte a qué hora voy a recogerte y eso.-Me dijo él.

-De acuerdo, hasta luego.-Me despedí.

-Chao.

Pasaron los días, las semanas, mi madre me llamó para decirme que tenía que quedarse dos semanas más, iba a estar sola pero no me importaba, podría estar con Rikki.
Peter estaba muy raro conmigo, me dirigía miradas de vez en cuando, pero nunca me hablaba estaba muy extraño. Justo en ese momento estábamos en el recreo, estaba con Rikki, y le conté todo lo que pasó, hace unas cuantas semanas después de la fiesta.

-Bueno, pues no sé qué le pasa. Casi ni me habla.-Dijo extrañada.

-Pues al menos a ti te habla, a mi ni eso.-Estaba confusa con él, nunca se había comportado así conmigo.

Siguieron pasando los días, ya solo quedaban cinco días para que mi madre volviera, y para el baile cuatro días, todo el mundo lo estaba deseando, ya que ese mismo día era el último día de clase. Rikki se quedó a dormir en mi casa, empezaba a hablarme sobre un chico de la clase de biología que le gustaba, aunque a mí no me caía muy bien, después terminamos viendo una película.

A los tres días llamé a Rikki para ir a comprar los vestidos para el baile.

-¿Rikki?-Pregunté.

-¡Hola Megan! ¡Estoy contentísima!-Dijo con júbilo.

-¿Por qué? ¿Qué ha pasado?-Dije intrigada.

-¿Sabes quién me ha pedido, que vaya con él al baile?-Dijo emocionada.

-Oh, no…-Dije sonriendo.- ¿¡Chad!? ¿¡Ha sido Chad!?-Dije contenta por ella.

-¡Sí! Hay Megan me puse súper nerviosa cuando me llamo para pedírmelo.-Dijo feliz.

-Me alegro por ti Rikki.-Le dije con alegría.

-¿Oye, Con quién vas a ir tú?-Me preguntó.

-Con Iván, me lo pidió hace tiempo.-Le dije.

-Con que con Iván… ¿Y Peter?-Preguntó curiosa.

-No quiero saber nada de él, además me da igual que vaya o no.

-Vale… oye se me había olvidado, ¿Para qué me llamaste?

-Es verdad, era para saber si querías venirte conmigo para comprar los vestidos.

-De acuerdo ¿Quedamos en el centro comercial?-Me dijo.

-Vale, hasta ahora.

Fui en mi coche hasta el centro comercial, después de aparcar el coche, llamé a Rikki para vernos en una tienda. Quedamos en la tienda que estaba al lado del bocatta. Rikki y yo empezamos a ponernos vestidos a montones. Rikki encontró un vestido rojo, con brillantes, y un lazo en la parte izquierda de la cadera. Mientras Rikki pagaba a la dependienta, yo seguía buscando, no me gustaba ninguno, estaba agobiada de tanto buscar, había estado buscando durante horas.


Y le pregunté a Rikki:

-Rikki ¿Y si miramos en otra tienda?-Le pregunté.

-No te apresures, hay un montón de vestidos que nos has visto todavía.-Me calmó Rikki.

Estuvimos mirando en todos los estantes que podían haber, hasta que encontramos uno.
No era tan espléndido como el de Rikki, pero era sencillo, y eso me gustaba.
-¿Qué te parece este Rikki?-Le pregunté con entusiasmo.


-¡Es fantástico Megan!-Dijo con alegría.-Vamos, pruébatelo.

Fuimos al probador más cercano, había que ver la cantidad de gente que había en esa tienda. Después de tres minutos, salí del probador para que Rikki me mirara. Al hacerlo, Rikki se quedo boquiabierta, y me dijo:

-Estas…guapísima.-Dijo aún asombrada.-Adjudicado.-Y empezó a reírse.

-¿De verdad me queda tan bien?-Le pregunté dudosa.

-¿¡Que si te queda bien!? ¡Mejor que bien!

-Pues como tú acabas de decir, adjudicado.-Empezamos a reírnos.

Al salir, vimos a Iván a lo lejos, iba con Carlos y Peter, no tenía ganas de hablar con Peter, además, no creo que me hablara. Miré a Rikki para saber si se había percatado en que estaban allí, pero parecía que no…
Al volver a casa, llamé a mi madre para saber cómo estaba, estaba deseando llegar a casa.

-Bueno hija que te lo pases muy bien mañana ¿vale? Te quiero.
-De acuerdo, y yo.

Al cabo de varios minutos recibí un mensaje al móvil. Era Iván, mañana me venía a buscar a las siete y media. Cómo estaba deseando que fuera mañana…