martes, 1 de septiembre de 2009

Capítulo 3 "Una amistad odiada"



Mis métodos de ser divertida no daban fruto. Peter tenía una cara de aburrido que no podía con ella. Estaba sentado en su toalla, jugueteando tranquilamente con el móvil.


Yo mientras empecé a recoger mis cosas:


- ¿Peter, al final para cuando es el examen de física y química?

- Para el jueves que viene. ¿Tienes que irte ya?

- Si, mi madre despertara pronto de la siesta , a no ser que se haya despertado ya... Nos vemos mañana ¿vale?

- De acuerdo, oye de mi secreto ni pío, ¿vale? Hasta mañana.

- Te lo prometo ¿Acaso no confías en mi?

- Claro que no, ¿por que iba a confiar?


Le di un puñetazo en el hombro, me sonrió y le devolví la sonrisa.


- Chao. -Me despedí.


Cuando cogí el coche, me sonó el móvil. Era un mensaje de Peter, que ponía:


¡Hola! Megan, ya se que nos acabamos de ver pero quería decirte que me
lo he pasado muy bien =) . Ah, se me olvidaba. En caso de que tu madre

este despierta, dile que tu no tienes la culpa, que es mía. Dile que me

llame. Bueno te dejo en paz de una vez. xD Chao!


Por mi bien esperaba que mi madre no estuviese despierta, porque sino se me iba a caer el pelo. Mientras conducía puse la radio, donde sonaba una de mis canciones favoritas: "I Gotta Feeling" de Black Eye Peas. Me encanta.


Cuando llegué a mi casa, abrí la puerta sin hacer ruido. Fui de puntillas hacia el salón y cuando fui a cruzar la esquina de la cocina, vi a mi madre sentada con los brazos cruzados y su taza de café de las 20:00. Me lanzó una mirada aterradora:


- ¿Donde has estado?


Me quedé callada, sin saber qué decir. Mientras pensaba en algo que decirle, mi madre me dijo:


- ¡Maldita sea donde has estado!

- Mamá yo...yo...puedo explicártelo.

- Pues ya va siendo hora.


Al final, como no sabía que hacer, fingí que me enfadaba con ella:


- Mira mamá, ¡no tengo porque contartelo todo vale!

- Primero, no me levantes la voz; segundo, tu me cuentas lo que yo te pida que me digas ¡Soy tu madre! Y tercero, estas castigada otra semana más.

- ¡¿Pero por qué?!

- Por escaparte y levantarme la voz, ¿te parece poco?

-No.


Enfadada, fui hacia mi cuarto, y lo primero que hice fue tirarme en la cama.


Pasada una hora se me quitó el enfado porque. al final. me enfade de verdad. Aproveche y fuí a ducharme. El agua estaba tibia pero para mi era muy relajante, me encanta el agua. Cuando terminé, bajé a la cocina. Por suerte mi madre estaba en su habitación, pero me dejo una nota:


Megan, me he ido a dormir, que sepas que estas castigada
dos semanas. Ya hablaremos. Buenas noches.
Mamá.


Me volvió el enfado. Mi madre siempre tenía que controlar cada paso que hacía. Me ponía de los nervios, me trataba como una niña pequeña.


Cuando sonó el despertador me levanté con mala gana. Fui a la cocina y desayuné tostadas con leche. Mientras desayunaba, me puse a pensar en las clases y en lo que tenía que hacer hoy, entonces me acordé de que tenia que ir de compras con Sam.


- Maldita sea, se me había olvidado.


Me lavé los dientes, cogí la mochila y me fuí en mi coche. Tendria que contarle a Sam que no podre ir con ella, después de haberlo aplazado tantas veces.

Llegue al instituto, llegaba tarde a la primera clase: Matemáticas. Peter no estaba conmigo en esa clase, pero menos mal que Rikki si. El señor Borren no paraba de repetir las mismas preguntas, me estaba empezando a doler la cabeza cuando sonó el timbre, menos mal.


- Chicos, no os olvidéis de que el viernes hay examen de los tres temas.


Rikki y yo nos dirigimos a gimnasia, una de mis clases favoritas. Hoy nos tocaba en el polideportivo: tenis. No era mi deporte favorito, pero estaba bien.


- Oye Megan, algunos colegas y yo vamos a ir al cine el sábado a ver la película "Sospechas del pasado". Dicen que es de miedo, que esta guay, y después iremos a la discoteca o algo ¿Te apuntas?

- Eh... no sé, esta semana no se si podre salir.

-Venga anda, que quiero que vaya mi mejor amiga porfa, anímate.

- Me lo pensare pero no te prometo nada, después te digo.

- Perfecto. Oh, toma tu raqueta, me da que sin ella no podrás jugar ja, ja.

- Si, yo también lo creo.


Sonreí. Ojalá mi madre me dejara ir . Después de clase fui a la cafetería, cogí mi bandeja con la comida y me senté con Rikki y unos amigos que me presentó a principio de curso. El más alto, esbelto y de pelo castaño era Carlos. La pelirroja que se sentaba a su lado era Elizabeth. Son muy simpáticos. La chica rubia de ojos verdes es Sara, y por último el chico de pelo negro, alto y muy musculoso es Iván. (Que es muy guapo la verdad) pero es el novio de Sam.


- Hola Megan ¿Que tal?- me preguntó Elizabeth.

- Pues bien. ¿Y vosotros?

- Pues con exámenes.- contestó Iván.

- Pues yo me tengo que encargarme del baile. Y solo quedan tres semanas y media.-Nos dijo Sara.


Es verdad, el baile, se me había olvidado por completo. Y encima no tengo pareja ni vestido.


- ¿Vosotros tenéis pareja?- preguntó Sara.

- Yo no.- dijo Carlos.

- A mi no me miréis, no se si voy a ir.- dijo Elizabeth.

- ¿Y tu Iván?¿No vas con tu churri?- Dijo Rikki riéndose, y los demás se unieron a ella.

- Pues la verdad no se, últimamente estamos discutiendo mucho.

- Ah, lo siento. Aunque hay otras chicas por ahí.- dijo Rkki.- ¿Y tu Megan?¿No vas con Peter?Últimamente pasais mucho tiempo juntos.

- No, que va, solo somo amigos. No me gusta.
- Si, claro.

- Pues es verdad.


Sonó el timbre. Cuando cogí mi coche, dislumbre una silueta oscura detrás mio. Me di la vuelta, asustada, pero solo era Peter.
- ¡Eh! ¿Como te va?

- Pues bien la verdad. Y tu que, ¿ya tienes pareja para el baile, o no piensas ir?

- Pues no se, es que no se me da bien pedírselo a las chicas.

- Seguro que a la que se lo pidas te va a decir que si.-Le dije sonriendo. - ¿El sábado vas a ir al cine?

- Claro.-Me contestó él, también sonriendo.

- Me alegro por ti. Bueno, me voy ya. Hasta otra.

- Hasta luego.


Puse el coche en marcha y, justo cuando iba a poner el pie en el acelerador, oí a alguien gritar mi nombre.


- ¡Megan!¡Espera!


Apagué el motor, volví la cabeza y vi a Sam. Al final tendría que decirle que no al día de compras.


- Hola Sam. Tengo que decirte que no puedo ir de compras hoy, lo siento.

- ¿¡Que!? Tu tienes que venir, no me puedes dejar tirada después de haberlo aplazado un montón de veces. Además, era para ir a comprar los vestidos para el baile.

-Lo siento, pero no puedo. Otro día, ¿vale?


Me miró con desprecio, con odio.


- Ah, claro, pero si puedes ir el sábado al cine con esos y de compras conmigo no, ¿no?

- Pues si, el sábado si puedo. Además "esos" como tú los llamas, son mis amigos, y uno de ellos es tu novio. Ahora se porqué estáis siempre discutiendo ¡Eres una borde!

- Tu no te entrometas en mi vida ¡vale! Y no te permito que seas amiga de Iván. ¡Me oyes! No sé que he visto en ti como amiga, pero menos mal que ya no lo somos.

- Mira, yo soy amiga de quién me da la gana. ¡Te enteras!


Puse el coche en marcha antes de que pudiera decir nada más, y salí pitando de allí. Por el camino solo podía decir: la odio, la odio, la odio...









jueves, 23 de julio de 2009

" Quedan 2 secretos por revelar"

Era lunes, y tenía que ir al instituto. Me vestí corriendo y bajé a la cocina para desayunar. Mi madre estaba tomándose un café antes de ir a trabajar. No me dijo nada, ni buenos días. Eso quería decir que todavía estaba enfadada conmigo.Cogí una taza grande de cereales con leche, y me la tomé. Miré el reloj: eran las ocho menos diez. Mi madre cogió el coche y me llevó al instituto, sin decirme nada durante el viaje.
Antes de bajarme me dijo:

-Megan, se me olvidó decirte que estas castigada dos semanas sin salir por irte así ayer.
Yo con cara seria le respondí:

-De acuerdo mamá.
Me bajé del coche y mi madre se fué al trabajo. La verdad es que no estaba muy nerviosa, (aunque lo parecía) por ser mi primer día en el instituto. Estaba acostumbrada. Caminé hacia la puerta principal del instituto. Todo el mundo me miraba. Odio que me miren, me pongo nerviosa, aunque ya lo estaba un poco.De repente salió una señora joven por la puerta, con una carpeta en la mano.
Se fue acercando a mi y me dijo:

-Tu debes de ser la alumna nueva, ¿no?
Yo le contesté nerviosa:

-Si... Hola, me llamo Megan.Ella, con una sonrisa me dijo:

-Pasa por mi despacho, quiero hablar contigo. Por cierto, soy la directora, perdón por no presentarme de forma adecuada, pero es que tengo un poco de prisa.
Pensé: aquí todo el mundo sonríe siempre, son todos muy felices. Parece que nunca tienen problemas.
Después yo le contesté:

-Ah, encantada.
Empezó a caminar y yo le seguí. Llegue hasta su despacho, y ahí me empezó a hablar:

-Megan, sé que ser la nueva del instituto es un rollo, y también que hace doe meses que empezaron las clases.Yo le respondí:

-Tranquila señora directora, yo estoy acostumbrada a ser la nueva en el instituto siempre. Siempre estoy viajando de aquí pa allá.
Y la directora me dice:

- ¿Por que todos me llaman señora directora? Llámame Ana.

Yo le respondí sin pensar:

-Nunca ninguna directora me ha dicho eso en la vida.
Bueno parecía que no podía ser como las típicas directoras mandonas. Eso me alivio bastante. Era muy simpática me cayó bien. La directora, Ana, se levantó y me dio la lista de clase. El instituto era grande aunque no tanto.
Y me dijo:

-Que tengas un buen día, Megan.
Y yo le conteste rápidamente:

-Muchas gracias directora, digo Ana ja, ja adiós.

-Adiós.
Me dirigí hacia la clase de biología de la señora Paula.
Llegue y me dijo:

-Oh, mira quién esta aquí, la nueva alumna. Mirad chicos esta es Megan vuestra nueva compañera.
Odio las presentaciones, siempre lo mismo, la nueva alumna no se que... Pues nada miré hacia atrás y Peter no estaba. La profesora me puso al lado de un chico que no hablaba mucho.
Y le pregunte:
-¿Como te llamas?
No me contestaba, y se lo pregunte de nuevo, y enfadado me contestó en voz baja:

-¿Te quieres callar? Estamos en clase. ¿no tienes educación?
Yo enfadada le dije:

-A mi no me hables así, solo quería ser amable. Déjalo no tenía que haberte dicho nada.Él, asimilando la culpa, me dijo:

-Lo siento pero es que no estoy de humor, me llamo Chad.
Yo todavía enfadada le conteste:

-Ahora te pones de amable ¿no? Da igual, soy Megan.

Me miró con cara rara y me dijo:

-Menos mal que solo vamos a estar en biología juntos.
Y yo dije:

-Si, menos mal.
Sonó la campana para ir a comer, y salí corriendo enfadada. Fui al comedor comí un sándwich de jamón y queso y un zumo de manzana. Terminé de comer y de pronto se me acercan 3 chicas, como esas que salen en las pelis que son super pijas.
Se me acerca la del centro y me dice:

-¡Hola! Tu debes de ser Megan, la nueva ¿no?
Le respondí:

-Si, y tu ¿quién eres?
Las tres se rieron a la vez y les dije:

-¿De que os reís?

Y la del centro, seguramente la anfitriona, me contestó:

-Primero, me llamo Sam y segundo, nos reímos por que no puedo creer que todavía no sepas quién soy: la más popular y guapa de este instituto.
Pero en realidad te iba a hacer una pregunta:

-¿te quieres venir con nosotras de compras mañana a las 18:00h?

Yo sin poder decirle que no, le respondí:

-Claro, ¿por que no?

Cuando le contesté me di cuenta de que solo quedaban 5 minutos para ir a la siguiente clase. Entonces oí una voz que me dijo:

-¡Hola! Eres Megan ¿no?
Me giré y era una chica rubia, de ojos verdes con el pelo rizado muy guapa.
Y le respondí:

-Si soy yo ¿Y tu? No te había visto antes, ¿O a lo mejor si? Es que me han saludado un montón de gente.

-Yo soy Rikki, y no te había saludado antes estaba ocupada.

-Estoy en tu clase de biología dos pupitres más atrás je, je.
Bueno al menos es una chica simpática y agradable, no pija.
Y le pregunte:

-Oye, ¿Que clase te toca ahora? A mi Física y química.

-A mi también, ¿Te quieres sentar al lado mío?
Yo contenta le dije:
-De acuerdo por que no, estoy sola je, je.


Nos fuimos caminando hacia la clase de Física y química, hablando y hablando, hasta nos reíamos de tonterías. Le conté todo sobre mí y creo que ella también me contó todo, nos sentamos y seguíamos hablando, por que el profesor todavía no había llegado. Llegó y dimos la clase, me puso a mirar para los lados y me acordé de Peter, pero él no estaba. Me dijo que estaba en mi clase. Bueno después lo llamo, me dije. Tocó la sirena y recogimos todo y Rikki y yo salimos hablando. Vi a lo lejos dos coches un descapotable azul precioso y al lado el coche de mi madre. Me despedí de Rikki y fui corriendo con mi madre, y le pregunte dos cosas:

-Mamá, ¿Que tal el día? ¿Y ese coche? Que bonito.


Ella contenta va y me dice:

-Lo he comprado para ti ¿te gusta?
Yo sin poder imaginármelo que me lo haya comprado le dije:

-¡Mamá! ¡Muchísimas gracias, es precioso! Pero no puedo aceptarlo.

-Que dices, quédatelo por favor es por lo de ayer... y por que si no llegó tarde al trabajo je, je. Te quiero cariño.

-Y yo a ti mamá. ¡Mucho!

-Me voy a casa en el descapotable vale je, je.
Pues me fui muy contenta en mi descapotable nuevo, y nada llegue me puse a hacer los deberes. Los terminé no eran muy difíciles. Bueno en ese momento se me ocurrió llamar a Peter para preguntarle porque no fue al instituto.
Le llamo y me dice:

-Megan ¿eres tu?

-Me dijo con voz rara.

-Si soy yo te pasa algo, ¿por que no viniste al instituto?

-Muchas preguntas, ¿puedes ir a la playa de las estrellas?

-No se... se lo tendría que preguntar a mi madre, espera.

-¡No! Por favor tienes que ir sin que nadie se entere.

-Mi madre se enfadara, pero le contaré una mentira.

-Si por favor Megan, necesito contarte algo, ¡vete rápido!

-Mi madre esta echándose la siesta, así que creo que podré salir sin que me vea, bueno hasta ahora.
Y me colgó. Salí sigilosamente de mi habitación, sabía que si mi madre se enteraba de esto se enfadaría mucho igual que ayer. Pero no era momento de pensar en lo que pasaría. Así que cogí mi coche y salí corriendo. Mientras conducía me acordé de que mi madre me había castigado sin salir, y haber lo que le decía a Sam. Llegue aparqué corriendo, fui a la arena y me encontré a Peter sentado, y le dije:

-¿Que te pasaba? ¿estas bien?

Le toqué la espalda, y de repente dice:

- ¡Ay!
Le pregunto intrigada:

-¿Por que te duele?Me miró a la cara, le vi sus ojos azules llorosos.

-Megan, te acuerdas que te dije que mi madre tiene novio ¿no?

-Si.
-Pues, mi padre murió en un accidente de tráfico. Y cuando sucedió eso solo tenía 5 años...Mi madre se busco un novio, no están casados pero a mi siempre me ha caído mal.

-No me gusta que me toquen por que me duele mi cuerpo, mi padrastro me pega.
Yo sin palabras solo le pude decir:

-Peter, solo te digo que no puedes dejar que te haga eso, pero me tienes aquí para lo que tu quieras. ¿Vale?

-Gracias Megan, eres mi mejor amiga. ¿Oye me puedes hacer un favor?

-Si lo que tú quieras dime.

-¿Te quieres dar un baño? El agua no esta muy Fría. Y hace un día perfecto.




-¡Claro! Pero si tú también te bañas. Sabes me encantan los atardeceres.

-Claro que si, pero Megan lo de mi padre... no se lo digas a nadie, ¿por favor?

-Claro que no se lo diré, ¿por que iba a hacerlo?

-Oh, gracias Megan eres perfecta... como amiga.

-Pues mira a mi también me gustan sobretodo cuando estoy con alguien.
Yo sonrojada dije:

-Je, je ahora disfruta de este momento magnífico, digo de este momento nada más.

-Claro, lo que tú digas, Megan...

lunes, 20 de julio de 2009

Capítulo 1 El encuentro

En un abrir y cerrar de ojos tienes 5 años, vuelves a abrir y cerrar los ojos, te ves envuelta  en la edad de 10 años, y en este último abrir y cerrar de ojos me encuentro en la edad de las decisiones 17 años, tengo 17 años. Mi madre y yo nos mudamos muy de vez en cuando por su trabajo y esta vez nos hemos tenido que mudar a California, por negocios. Ahora mismo estamos en el aeropuerto esperando a que salga el avión y hablando de nuestras cosas.

-¿Mamá alguna vez nos quedaremos en un sitio para siempre?
-La verdad es que no lo se bien del todo, cariño.
-Por una vez me gustaría quedarme en algún sitio.

Mi madre se quedó pensando en que contestarme:

-Eh...hija, vamos, que dentro de un rato el avión va a despegar.
-Vale mamá.

Fuimos caminando hasta la puerta de embarque, pasamos y entramos en el avión.
La azafata como siempre nos dijo:

-Buenos días.

Y nosotras le contestamos:

-Buenos días.

Mi madre estaba buscando los asientos del avión, y como siempre no los encontraba.
En ese momento dijo, agobiada:

-Hija por favor, ayúdame.
-De acuerdo mamá, pero... tienes los asiento delante tuya.

Mi madre, avergonzada, dijo:

-Pero si ya lo sabía... Solo quería asegurarme de que lo supieras tú.

Y me dije a mí misma "Si mamá, lo que tu digas."
Estuvimos volando en avión durante 2 largas horas.
Mi madre estaba cansada se quedó dormida en mi hombro. Me hacía recordar cuando era niña y me quedaba yo dormida en el hombro de mi padre.
De repente, oí un maullido que provenía del pasillo del avión.
Miré y vi un gatito persa con los ojos de color verde. Lo encontré solo, sin dueño y lo cogí. Acariciándolo durante un buen rato se quedó dormido en mi regazo. Ya aterrizando, después de esas largas horas que se me hicieron eternas, el gatito se despertó y empezó a jugar con la rebeca de lana que mi abuela hizo a mano para mi madre. Como vi que el gatito era de color marrón y era muy gordito le llame “Arena.” Y aprovechando que en mi diario había de decoración un lazo de color rojo se lo puse. Le quedaba fenomenal, era una monada. En ese momento mi madre se despertó y me dijo:

-Megan, ¿Qué haces con ese gatito tan lindo?
-Me lo encontré en el pasillo del avión, cuando tú estabas dormida como un tronco.
-Oye si no tiene dueño podrías…
-¡Sí! Por favor, mamá.
-Espera todavía no me has dejado terminar cariño.
-Vale mamá.
-Podemos quedárnoslo, pero si no tiene dueño. Si tiene, lo siento.
-Vale, (ojala no tenga dueño, por favor).

Bajamos del avión y fuimos caminando por el aeropuerto, hasta salir a fuera y pedir un taxi para ir a la casa que mi madre había comprado en Internet. Y justo al salir del aeropuerto sale un chico moreno, joven como yo. Aparentaba mi edad y sus ojos eran azules como el zafiro. Me quedé embobada mirándolos, y él era impresionante: fuerte y alto. Se acercó a mi y me dijo:

-¡Hola! Encantado, me llamo Peter, Peter Swan.

Se me quedó mirando, y se me corto la respiración. No podía respirar, era increíble que se me quedara mirando
Mi madre se acercó a él y le contestó:

-Hola encantada, soy Lena Cooper, y esta es mi hija Megan.

Yo estaba súper avergonzada. Se me notaba los cachetes rojos como tomates de la vergüenza. Y él con una sonrisa que enseñaba sus dientes blancos como la nieve le contestó a mi madre:

-¿Sois de aquí? Nunca os había visto.
-No, somos de los Ángeles, vinimos aquí por mi trabajo.
-Ah, entiendo. ¿Y tú a que instituto vas a ir?
-Pues… la verdad, no se, mi madre es la que lo sabe.
-Va a ir al del centro de la ciudad.
-Que bien yo también voy a ese instituto.
-Ah… pues a lo mejor nos toca en la misma clase.
Dije sin mucho entusiasmo.
-Si, sería divertido je, je.
Sonrió. Y yo dije, más para mí misma que para él:
-Si, divertido…

Después de esta conversación rara, al menos para mí, él me dijo:

-Bueno, en verdad me acerqué para decirte que ese gato es mío.
-Ah… -Conteste con desilusión-. Pues… toma.
-Es que trabajo en una tienda de animales.
-Ah, pues, ¿cuánto cuesta? Porque me encanta.
-Bueno por ser tú te lo regalo, cuídalo bien.
Con alegría le conteste:
-¡Si! No te preocupes muchas gracias, Peter.
Y él como siempre con esa sonrisa de niño bueno me dijo:

-Pues… ya nos veremos Megan.
Y un poco harta de su sonrisita le conteste:

-Si, ya nos veremos…
Mi madre ya estaba dentro del taxi cuando me estaba despidiendo de Peter.
La verdad, me parece un buen chico. Bueno después de una trayectoria larga en el taxi, y también cara, por fin llegamos a casa. Se le podría decir así (por ahora). Al bajar del taxi, vi aquel chalet enorme; con piscina, hamacas, etc.
¡Era de ensueño! Entramos a la casa y era como vivir en un hotel. Y le pregunte a mi madre:

-Mamá, ¿Cuánto te ha costado esta casa?
-Eso no importa ahora, lo que importa es, ¿Te gusta? -Pregunto mi madre con una sonrisa de mejilla a mejilla-. Claro mamá como no.







-Mamá, es fantástica, creo que me voy a acostumbrar muy rápido je, je.
-Si, aunque, cariño… tengo que confesarte algo…
Yo, intrigada por lo que me iba decir, la miré y estaba como triste o decepcionada de ella misma. Y le pregunte:

-Mamá ¿estás bien?, me estas asustando.
-Es que… tengo un nuevo novio hija.
Me quede en blanco, no sabía qué hacer, y solo se me ocurrió ir corriendo hacia la habitación más lejana que había en la casa.
Mi madre me dijo gritando:

-¡HIJA NO TE PONGAS ASI! ¡TENGO QUE EMPEZAR UNA NUEVA VIDA!
Yo sin poder controlarme le conteste:

-¡PAPÁ ES EL ÚNICO PADRE QUE QUIERO TENER!

Dije llorando descontrolada. Mi madre echa un desastre (igual que yo) se fue a su habitación dónde empezó a deshacer las maletas y a colocar todo. Yo sin que mi madre se diera cuenta, salí de mi cuarto hacía la puerta. La abrí y salí corriendo hacía un videoclub, viejo y cerrado que estaba enfrente en unas calles más a bajo. Las horas pasaban no sabía que estaba haciendo mi madre, aunque en ese momento no me importaba mucho. De repente oigo una voz de un chico, miré y era Peter, Peter Swan.
Me vio llorando y me pregunto:

-Megan , ¿Qué haces aquí sola sin nadie?¿Que te pasa?
Bueno la verdad que no tuve más remedio que contárselo. Después de un rato, terminé de contárselo. Y me dijo:

-Tranquila no pasa nada a mi me paso lo mismo con mis padres.
Me consolaba muy bien, cada vez estaba mucho más relajada.
De pronto me abraza con una ternura increíble, me quedo tan a gusto, que no le suelto ni por dios. Nos quedamos un buen rato juntos. Hasta que empezó a sonar su móvil. Nos quedamos un poco cortados. Y él empezó a hablar por su móvil. Creo que estaba hablando con la madre, por que parecía que estaban discutiendo. Yo no quería interponerme, porque como hablaba bajito pensé que lo hacía por mí. Le dije a Peter:

-Oye, mañana nos vemos en el instituto ¿vale?
Él rápidamente contesto:
-Vale pero ¡ESPERA! Dame tu número de móvil para llamarte.
Y yo con mucha vergüenza le di mi número de móvil y él me dio el suyo.
Y así con tan solo una mirada nos fuimos alejándonos hacía nuestras casas.
Continuára…