lunes, 11 de enero de 2010

Capítulo 4 "Algo Inesperado"


-Por fin sábado.-Dije levantándome de la cama.

Ayer había tenido dos exámenes, uno de matemáticas y otro de Biología y Geología. El jueves también tuve uno de física y química, estaba ya harta de tantos exámenes. Mientras encendía mi móvil sonó el teléfono en el salón, espere a ver si mi madre lo cogía, pero no fue así. Bajé corriendo por las escaleras, me tropecé, pero no me caí. Cogí el teléfono y contesté:

-¿Diga?

-Hola Megan, soy Iván.

-Ah, hola ¿Quién te ha dado mi número?

-Se lo he pedido a Rikki ¿Te ha molestado?

-No, que va, es solo por curiosidad. Y bien ¿Que querías?

-Es para decirte que te recogemos a las seis ¿vale?

-Perfecto gracias ¿Oye, sabes si Rikki está en su casa?

-Si, y está esta despierta desde las siete. Es muy madrugadora.

-Ja, ja. La verdad es que si.

Nos quedamos mucho tiempo hablando; sobre las clases, el verano que quedaba poco, etcétera. Después me contó que Sam le había dejado:

-Lo siento mucho Iván.

-Nada, no es culpa tuya, aunque la verdad es que ya me cansaba.

-Bueno pues, anímate que hoy nos vamos de fiesta.

-Claro.-Dijo con tono apenado.

Seguimos hablando un rato más, hasta que vi a mi madre bajando las escaleras.

-Bueno Iván te tengo que dejar, después nos vemos, ciao.
Y colgué. Fui a la cocina para prepararme el desayuno. Mi madre estaba grogui en la silla de la cocina.

-Megan, prepárame un descafeinado por favor.

-Claro, mamá. Pero, ¿te encuentras bien?

-La verdad es que no, no he pegado ojo en toda la noche.

-Deberías acostarte e intentar descansar.

-No sé, tengo que llamar a un cliente y limpiar la casa...

-Yo limpiaré la casa, tú vete a acostarte, además el cliente puede esperar unas horas.

Ayudé a mi madre a levantarse de la silla, y entonces le dije:

-Mamá sobre las seis me van a recoger mis amigos para ir al cine.

-Vale que te lo pases bien, ¿vendrás muy tarde?

-No sé mamá.

-Está bien cariño, adiós.
Mi madre subió por las escaleras. Me puse a ver la televisión, estaban poniendo el tiempo, decían
que por la tarde iba a nublarse. Entonces apagué la televisión, fui a mi cuarto y me puse el bikini rojo que me había regalado mi madre el año pasado. Bajé las escaleras con cuidado, me lleve el móvil por si me llamaban o algo. Cuando estaba ya en el jardín, me quité la camiseta de tiras y el pantalón corto vaquero. Me tiré a la piscina, el agua estaba fría pero no era desagradable, sino más bien relajante. Cuando sentí el agua en mi piel, fue como si estuviera en otro sitio. Era el paraíso. Hice unos cuantos largos. Como decía el tiempo, estaba empezando a nublarse. Salí de la piscina, me envolví en la toalla y me senté en la hamaca. Mientras tanto cogí el móvil para ver si tenía algún mensaje, pero no tenía nada. Miré la hora: eran las cuatro y media de la tarde. Ahora tendría que ponerme a limpiar la casa. De repente, oí el ruido de un motor, giré la cabeza para poder ver quién era, pero no veía nada con los arbustos que había rodeando la casa. Dejé las cosas en la hamaca y me acerque hacía los arbustos. Así podía ver mejor: era un coche negro, pero no podía apreciar de qué marca era, así que me puse de puntillas. Era un Volkswagen. Espere por si salía alguien del coche. Se abrió la puerta y salió Peter. Era raro que Peter estuviera por aquí, desde luego no había venido a recogerme, era muy pronto. Así que antes de que le perdiera de vista le grité:
-¡Eh Peter, aquí!
Peter giró la cabeza, y me vio, porque esbozó una gran sonrisa. Me estiré un poco más para que
me viera mejor.
-¡Megan! No me acordaba de que vivías aquí.

-Pues si.-Le dije, sonriendo.- ¿Puedes ir a la entrada? Así podremos hablar mejor, y no con las plantas en medio.-Se rió y asintió con la cabeza.- Yo voy para allá.

Mientras Peter se dirigía a la entrada de mi casa, fui corriendo a la hamaca. Me puse el pantalón y la camiseta de tiras, cogí el móvil y fui hacia la entrada de mi casa. Abrí la puerta y ya estaba allí.

-Vaya, que rápido me has abierto.Un tiempo record.-Dijo entre carcajadas.- ¿Te has dado un chapuzón?
-Sí, salí hace un rato. Mm... ¿quieres pasar o tienes que hacer algo?
-Oh, tengo que ir a darle una cosa a una amiga de mi madre, además no quiero molestar. He venido de improvisto ¿Que diría tu madre?
-Si quieres puedes venir después de hacer el recado. Y no seas tonto, ¿cómo vas a molestar?, eres mi amigo.
-Está bien, ahora nos vemos.
Cerré la puerta. Mientras tanto, ordene un poco el salón. Estaba todo tirado, y no quería que Peter lo viera así. Tocaron el timbre, abrí la puerta y era él. Menos mal que había tardado un rato, porque si no, no me había dado tiempo de recoger el salón.

-Hola otra vez.-Me dijo.
-Hola.-Dije riéndome.

Entró en mi casa, le hice un gesto para que se sentara y el asintió. Me senté a su lado para poder hablar mejor.
-¿Quieres beber algo?
-No gracias.
-La verdad es que no puedo hablar mucho contigo, tengo que limpiar la casa. Lo siento.
-Tranquila no pasa nada.

Se quedó pensativo un minuto.
-Oye, si quieres puedo ayudarte.

-¡No! Quiero decir, que no estás aquí para ayudarme a limpiar.
-Tonta, quiero ayudarte, venga. Además quiero ver qué mal limpias.-Dijo sonriendo.
-Pues vamos a ver quién limpia mejor.

Empezamos a limpiar, mientras tanto hablábamos, y nos reíamos un montón. Le pregunte que tal iba la relación con su padre, y me dijo que iba un poco mejor. Eso me alivio un poco. Me entraron ganas de jugar un rato, así que mientras el limpiaba el polvo, de espaldas a mí, cogí un cojín del sofá y se lo lancé a la cabeza. Giró sobre sí mismo. No fui capaz de parar de reír, y con una sonrisa juguetona, me dijo:

-No deberías haber hecho eso.
-Pues lo he hecho.-Dije entre risas.
-Verás.

Cogió el cojín del suelo y me lo lanzó, yo se lo lancé de nuevo, él se acerco más y me lo estampo en toda la cara. Le empujé y él se cayó en el sofá, él cogió otro cojín. Todavía riéndonos me lo tiró, caminé para darle en toda la cara, pero fui tan torpe que me tropecé y me caí encima de él, a muy pocos centímetros de su boca. Me quede mirando sus ojos azules brillantes durante unos segundos, y después me incorporé como pude.

-Eh...voy a recoger las cosas...y... a prepararme. Tu mientras puedes...ver la televisión o algo.

-Eh...está bien, pero déjame ayudarte a recoger.-Dijo con una breve sonrisa.

En ese momento me sentía confusa, por que cuando estuve cerca de él me sentí bien, como si no quisiera separarme, era una sensación extraña. Peter era mi mejor amigo, pero nunca había sentido eso con él. Recogimos todo. Mientras yo me iba a preparar, él se quedó viendo la televisión. Subí para ir a ducharme. <> pensé. << ¿Como he podido ser tan torpe?>>. Al terminar de ducharme, me puse una de mis camisetas preferidas, de color azul claro con cuadros y un pantalón pitillo. Me peiné el pelo para que se me quedara ondulado. Me maquille un poco. Cuando me di cuenta eran la seis menos diez. ¿Y si ya habían venido?¿Y si se habían ido sin mi? Bajé corriendo las escaleras, pero Peter seguía allí:

-¿Ya estás? Perfecto, vendrán enseguida. Vaya, que guapa te has puesto.

-Oh, gracias. Aunque muy guapa no creo yo.

-Que si tonta. Anda venga, que sabes que aunque estés fea siempre te diré que estas guapa. Aunque tú nunca estas fea, pero bueno.

No pude evitar sonreírle.

-Idiota.-Le dije mientras le empujaba hacia la puerta.

Cuando salimos cerré la puerta despacio, para que mi madre no se despertara. Iván y los demás estaban esperándonos fuera.

-¡Hola! ¿Y Elizabeth?-Les pregunte.

-No puede venir, me dijo que le surgió algo familiar.-Me contestó Carlos.

-Bueno ¿Vamos?-Nos pregunto Iván.

-Claro.-Le contesté.

Entramos en el coche. El conductor era Iván, de copiloto iba Carlos y atrás íbamos, Rikki, Peter y yo. Carlos puso la radio mientras hablábamos. De pronto empezó a sonar mi móvil, Sara me estaba llamando.

-Hola Sara ¿Cómo estás?

-Bien, solo que te tengo que deciter dos cosas.

-¿Qué pasa?

-La primera que ya estoy en el cine y he comprado las entradas. Ah y que dentro de quince minutos empieza la película. Y la segunda no te lo vas a creer, pero…-Se calló de repente y luego susurró.- ¿Está Iván al lado tuyo? Es que no quiero que se entere.

-Tranquila no nos va a oír, tiene la música a tope.-Le contesté hablando bajo, por si acaso.- Además está conduciendo ¿Por qué, que ha pasado Sara?

-Con razón se te oye raro. Bueno a lo que iba. Tía me acabo de quedar flipando, Sam esta aquí, en el cine, pero no está sola. Esta con un chico, besándose.

-¡Que! Pero si hacer súper poco que… ya sabes.-Me quede sin habla. No me lo podía creer. Pensaba que Sam dejaría pasar un tiempo hasta que salir con otro chico, por Iván. Pero es Sam, y de ella se puede esperar lo que sea.

-Lo sé, pero es que no me puedo creer que ni siquiera hallan pasado algunas semanas.-Me dijo indignada y como si hubiera leído mis pensamientos.

-¿Se lo decimos?-Le pregunté.

-Mejor no, todavía es pronto y sigue triste, así que no le pongamos peor.

-Tienes razón. Bueno nosotros ya estamos llegando. Hasta ahora.

-Adiós. Y Megan, ya sabes, no se lo cuentes.

-Tranquila.

Colgué. Todavía no me lo podía creer. Me puse a pensar en Iván, en cómo reaccionaría si lo supiese. Aunque en realidad ya no son pareja, y Sam puede hacer lo que le dé la gana, pero tan pronto…

-¿Megan? ¿Le pasa algo a Sara?-Me preguntó Rikki al ver mi cara preocupada.

-No, solo que me estaba contando una cosa.

-Ah, vale.-Me contestó .

Rikki sabía que algo pasaba, ella me conocía muy bien, era mi mejor amiga, “Tu cara siempre te delata” me había dicho una vez. Disimuladamente, Rikki me hizo un gesto, para que después le explicara lo que pasaba. Yo asentí. Llegamos al cine, vimos a Sara de lejos sentada en un banco. Miré alrededor para ver si había algún rastro de Sam y su nuevo novio, pero no estaban. (Menos mal)

-¡Venga chicos que la película va a empezar!- Nos grito desde lejos.

Corrimos hacia ella, y todos la saludamos. Ella nos dio las entradas y pudimos entrar. Nos tocó la fila trece, en los asientos del uno al seis. Nos sentamos en este orden: primero Carlos, después Sara, Rikki, Iván, yo y Peter. Antes de entrar en la sala, Rikki me había dicho que se iba a sentar al lado mío, pero se fue para atrás para hacer que quería estar con Sara y me dejó con Peter e Iván, aunque tampoco me importaba mucho. La miré y esbozó una radiante sonrisa de oreja a oreja. Y me reí en lo bajini.
Realmente la película daba bastante miedo, como me habían dicho. Encima Sara no paraba de gritar, y me daba cada susto... Aunque las chicas de las filas de atrás también gritaban bastante. Al salir del cine nos quedamos a cenar en el Burguer King, cada uno pedimos una hamburguesa y un refresco. Después fuimos al aparcamiento para coger el coche de Iván, para ir a la discoteca, a una de tantas.
Mientras nos dirigíamos hacia allí, empezamos a bromear con Carlos, pero no se lo tomo muy bien que digamos

-Carlos, y tu novia ¿Qué tal está?-Le pregunto Rikki.
-¿Cómo que mi novia? Oh, no por favor, no empecemos. ¿Cuantas veces te tengo que decir que no es mi novia?
-Ah, ¿no? Yo pensaba que si, ¿o me estas mintiendo?-Dijo Rikki sonriendo.
-¡Pero qué dices! Rikki, déjalo ya eh, me estoy cabreando.-Le contesto Carlos enfadado.
-Venga Carlos, se te nota un montón que te gusta Elizabeth.-Le dijo Iván.
-Como os lo voy a decir, ¡QUE NO ME GUSTA!-Dijo, esta vez gritando.
-Vale Carlos, tranquilízate un poco.-Le dijo Peter.
-¡NO ME DA LA GANA!-Le contestó, gritando de nuevo.
-Vale, dejemos el tema ya.-Dije irritada. Con tanto grito me había empezado a doler la cabeza.

Después de un buen rato sin hablarnos, Iván saco conversación y empezamos a hablar otra vez y a reírnos. Llegamos a la discoteca, era privada así que teníamos que pagar bastante. Estuvimos en la maldita cola durante más de media hora para poder entrar, tuvimos que esperar unos minutos más, hasta que pudimos pasar. Todos se fueron a bailar menos Iván y yo, no me apetecía bailar ahora, y Iván me acompañó.
-¿Enserio que no quieres bailar con los demás?
-De verdad, no pasa nada, quiero acompañarte.
-De acuerdo, Gracias Iván.
-De nada.-Me contestó él sonriendo.
La discoteca estaba a rebosar, había un montón de chicos y chicas bailando. Había unos chicos bastantes más mayores que nosotros en la barra, y estaban bastante borrachos. Al lado de ellos había una chica misteriosa, tenía el pelo corto y negro, era un poco baja, tenía la piel muy blanca, parecía que nunca había ido a la playa. Los dos chicos mayores se acercaron a ella. Empezaron a hablarle, pero ella no les hizo mucho caso.
-Eh, guapa ¿Por qué no te vienes a tomarte algo con nosotros?
-¡Já! ¿Con vosotros? Eso ni soñarlo.-Le contesto la chica.
-Venga, solo una.-Dijo el tipo más alto entre risitas.
-¡Que no! ¡Dejadme en paz!-Les gritó.
De repente Iván les gritó:
-¡Eh, dejadla en paz!
Los hombres se dirigieron hacía Iván. E Iván se acercó a ellos.
-Si no ¿Qué? ¿Nos vas a pegar?-Dijo uno de los chicos a carcajadas.
-Si es necesario si, ¿no tenéis otra cosa mejor que hacer?
-No te metas con nosotros chaval.-Dijo el otro.
La chica aprovechó que no la miraban y se fue de allí. Iván estaba furioso, no le gustaba que le trataran así. Así que antes de que fuera a más, me puse al lado de Iván y le dije:
-Vamos Iván, solo quieren hacerte enfadar, déjalos.
Iván me miró, vaciló al principio, pero al final asintió. Nos volvimos para ir con nuestros amigos, pero el hombre no quería dejar las cosas así.
-Que pasa ¿Es tu novia?
El hombre alto giró la cabeza hacia mí.
-Que preciosidad, eh guapa ¿Por qué no te vienes con nosotros?-El hombre miró a su compañero y le dijo.-¿A que esta buena?-Dijo riéndose.
Iván empezó a temblar de la rabia, le agarré por el brazo para que se tranquilizára, y le murmuré:
-Iván no lo hagas por favor, vámonos con los demás.
No quería que se pelearan, esperaba que me hiciera caso, al principio dudó bastante, pero después me hizo caso y caminamos hacia nuestros amigos. Al final aquellos dos se fueron y nos dejaron en paz. No sabía dónde se había metido la chica, por que gracias a ella por poco se pelean, y encima no es capaz ni de dar las gracias.
Después empezamos a tomar cerveza con nuestros amigos…y…

PETER

Todos habíamos bebido, solo que algunos se pasaron de la raya.
-Chicos me da que Megan se ha bebido más de lo que debía.-Dijo Carlos.
La verdad es que estaba muy suelta con Iván, más de lo normal, aunque Iván estaba mucho peor que ella.
-Yo también pienso lo mismo.-Nos dijo Rikki.
Miré a Iván, le había puesto el brazo por la cintura a Megan, y ahora le había puesto el otro brazo. Esto estaba llegando muy lejos, y sé que ha Megan no le hubiera gustado que le pusiera los brazos por la cintura. Y dije:
-Deberíamos irnos ya.-Dije.
-Sí, creo que Iván se está pasando un poco.-Dijo Rikki.
-Tenéis razón, vámonos ya.-Dijo Sara un poco seria.
Nos dirigimos hacia ellos, Carlos y yo despegamos a Iván de Megan y lo llevamos al coche, Rikki y Sara llevaron a Megan detrás nuestra hacia el coche. Cuando ya estábamos dentro, Rikki se puso al lado de Megan, y yo al lado de Iván, para que no pudiera molestar a las dos, Sara y Carlos iban delante. Dejamos a Sara delante de su casa.
-Bueno chicos gracias por traerme, suerte con estos dos.-Y nos sonrió.
-De nada, Hasta luego.-Dijo Carlos.
-¡Adiós!-Dijimos Rikki y yo a la vez.
-Chao.-Dijo Sara.
Carlos arranco el coche, íbamos a dejar a Megan, estábamos a cinco minutos de su casa. Rikki me pidió una cosa.
-Peter quiero que hagas una cosa.-Me dijo Rikki.
-Dime.
-¿Puedes quedarte con Megan? Yo voy a ayudar a Carlos con Iván. Porque sus padres no quieren verle borracho.
-De acuerdo. Pero si quieres puedo ayudar yo a Carlos.
-No, vete tú con Megan, yo sé como espabilar a este. Lo he hecho varias veces.
-¿Y qué le haces?-Le pregunte.
-Esperamos a que se le pase, y si sigue mucho tiempo así, le pego una bofetada.-Empezó a reírse.-
Es broma, solo esperamos un rato hasta que empiece a vomitar, después se le quita.
-Ah, sabes a veces me preocupas.-Le dije riéndome.
-Soy así.-Ella también se rió.
Llegamos a la casa de Megan. Me bajé del coche con Megan, que todavía estaba borracha.
-Bueno chicos hasta luego.-Les dije.
-Adiós Peter, ya nos veremos.-Me dijo Carlos.
-Adiós. Y una cosa, cuídamela, si no lo pagaras caro.-Dijo sonriendo.
-Tranquila, la cuidaré por ti.-Dije entre risas.
-Así me gusta.-Dijo riéndose.
Cerré la puerta del coche. Cogí a Megan por el brazo, y la lleve hasta la puerta de su casa.
-Ay Megan ¿Cómo te puedes emborrachar tan fácil?
-No sé, pero a mí me gusta, Peter, estas guapísimo hoy.-Dijo riéndose.
-Si Megan, como se nota que estas borracha.
-¡Me siento libre!-Dijo gritando.
-¡Megan! No grites.-Le dije.
-Hay Peter ¿sabes una cosa? Estas buenísimo.-Dijo todavía riéndose.-Te besaría ahora mismo.-Me dijo mientras ponía sus brazos alrededor de mi cuello.
-Megan ¡no! Estas, fatal.-Dije mientras le quitaba los brazos de mi cuello.
-Pensaba que te gustaba.-Dijo un poco enfadada.
-Venga Megan, vamos a tu casa.-Le dije.
Ella se giró hasta que me dio la espalda.
-¡No! Hasta que no me des un beso y me digas que te gusto.-Dijo.
-Dios, Megan sabes que no lo voy a hacer.-Le dije.
-¡Pues no quiero que estes conmigo!-Dijo gritándome.
No sabía qué hacer, estaba harto, solo quería que entrara dentro. Entonces se me ocurrió una cosa.
-¿Megan?
-¡Que quieres!-Me dijo aún enfadada.
-Tú sabes que desde te conocí me has gustado, ¿cómo podías no gustarme? Es absurdo.
Ella se volvió hacia mí con una gran sonrisa.
-¿Enserio?-Ella se acercó más a mi, estaba a muy pocos centímetros de mi cara.
-Claro.
Ella me abrazó, yo le devolví el abrazo.
-Ves solo tenías que decirlo.-Dijo sonriendo.-Pero aún…-Se quedó a media frase, estaba abriendo y
cerrando los ojos.-tienes que…-Y se desplomo encima de mí, y menos mal que la cogí a tiempo.
Lleve a Megan en mis brazos, ya que no podía caminar. Ya había conseguido que se quedase dormida. Toqué al timbre, pero no contesto nadie, así que la madre no estaba. Ahora solo me faltaba encontrar las llaves de su casa. Busqué por la parte de delante de su pantalón, pero no estaba. Después metí la mano en el bolsillo de atrás, y allí estaban. Abrí la puerta con cuidado para que Megan no se despertara. Entre en la casa, estaba totalmente oscura, no se veía nada. Cerré la puerta con el mismo cuidado de antes. Encendí una lámpara pequeña de una mesilla que había en la entrada, en la misma mesilla encontré una nota:

"Megan, estoy en una importante reunión de trabajo, llegaré por la mañana, si necesitas algo llámame, te quiero, mamá."


Dejé a Megan en el sofá, le puse un cojín en la cabeza. De repente empezó a temblar, le toqué la cara y estaba congelada, así que le puse una manta que había en el brezal del sillón. Después me senté al lado de ella, y después contemple, como estaba totalmente dormida.

5 comentarios:

Free World dijo...

No estaba muerta,estaba de parranda (8)(8) jajajajaja
¡¡¡¡Aish,Megan,pobresita!!!!! le va dar un beso y se cae rendida...¿Se acordará que Peter le dijo que estab por ella??
Ya tengo ganas del proximo...esperemos que no tarde tanto como este...
Bexoss
Loka

Paola López dijo...

Me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encantaaaaaaaaaaaaaa!

I (L) Megan&Peter :)

Eres genial, no dejes de escribir nunca.
Adoro esta historia (tanto como te adoro a ti) ^^

Escribe prontoo :)

Loreena dijo...

Me encantaa la historiaa :) Espero que escribaar pronto el proximo capitulo :D Adióos :)

D dijo...

Martaa me tienes que enseñaar a escribir como tu ! :) Me superas jeje !

Paola López dijo...

Podrias hacerme el favor de terminar el prox. capitulo ya... ¬¬
Estoy desesperadaaaaaaaa! ='(